Después de un corto trayecto en coche, hemos llegado a Collbató en un día espléndido y nos hemos encontrado con la sorpresa (pues la web no estaba actualizada) de que eran els Tres Tombs.
Hemos enfilado el Passeig Mansuet hasta llegar al Casinet y a la iglesia de Sant Corneli donde hemos girado a mano derecha por la calle de Amadeu Vives, compositor nacido en la población autor incluso de zarzuelas, como Doña Francisquita. En esta calle está la casa natal del compositor y, al final de la misma, l'Arc d'en Bros, una especie de peaje donde los peregrinos pagaban su paso hacia Montserrat con un banco de piedra (donde estoy con Víctor en la foto) donde se golpeaban las monedas para comprobar si eran auténticas.
De vuelta hacia el centro de la población, hemos pasado por el carrer de la Salut donde tomamos una pasarela que bordea durante unos 100 metros el pueblo proporcionando hermosas vistas de la Ermita de la Salut y una panorámica excelente de la montaña de Montserrat que he disfrutado mientras descansaba unos minutos.
Siguiendo el carrer de la Salut, hemos llegado al Racó d'en Ponis, un Collbatoní de mena. En este lugar está el Molí d'Oli, visitable con cita previa. Tomamos nota para la próxima ocasión. A continuación, seguimos por la calle del poeta Pau Bertran, otro de los famosos ciudadanos de Collbató, donde vemos también su casa natal. Giramos por el carrer Muntanya para dirigir nuestros pasos hacia la plaza de la Iglesia. He hecho un amigo que os muestro en la foto de la izquierda y justo antes de llegar a la parroquia de Sant Corneli hemos encontrado un hermoso patio trasero en el que hemos hecho una simpática foto en la columna además de la instantánea familiar.
Ya en frente de la iglesia, pasamos por Cal Tutor, de estilo gótico construida en el siglo XIII.
A punto de finalizar nuestra visita hemos pasado por fin por delante de la iglesia de Sant Corneli camino del carrer de Dalt donde se encuentra el taller de órganos de Gabriel Blancafort.
Para finalizar nuestra visita de hoy, nos hemos refrescado un poco y hemos comprado un aperitivo que el hambre empezaba a aparecer.
Después de la visita, hemos debatido sobre la posibilidad de volver a casa y comer, pero estábamos a casi 10 minutos en coche y nos hemos ido a Can Llates a comer después de echar un último vistazo al paseo cerrado al tráfico.
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